Primero, las buenas noticias: el número de mujeres en el sector tecnológico de todo el mundo ha seguido aumentando en los últimos años.
A finales del 2020, las mujeres representaban casi el 29% de la fuerza laboral tecnológica global, y estos números, según datos de AnitaB.org (una organización global para mujeres en tecnología), han mostrado un aumento sobre el 26% que se tenía en el 2019. Lento, pero seguro ¿cierto?.
Lo negativo en este proceso, es que si se mantiene el ritmo actual, deberán pasar 12 años para que pueda generar una representación equitativa en la tecnología. Y si crees que eso es todo, al ritmo actual, deberán pasar más de 200 años para cerrar la brecha económica de género, logrando finalmente la igualdad salarial en el 2221.
El sector tecnológico es una de las industrias de más rápido crecimiento en el mundo, ya que la pandemia del COVID-19 aceleró los esfuerzos de muchas empresas para transformarse digitalmente. Y con una escasez global de talento, que causa dolores de cabeza a empresas de todos los tamaños, ¿por qué las mujeres siguen estando tan subrepresentadas en la tecnología?
El impacto del COVID-19 y la demanda futura
De acuerdo con un informe del Foro Económico Mundial (WEF) sobre el futuro del empleo, los 20 principales roles laborales en demanda creciente y decreciente, en todas las industrias, están sesgados en función del género. Es por ello, que si las organizaciones desean mantenerse al día con la demanda y no quedarse atrás debido a la escasez de talento, deberán invertir y desarrollar talento tecnológico femenino.
Como lo muestran los datos del Foro Económico Mundial, los trabajos con una demanda creciente están dominados por hombres. Por ejemplo, algunos roles vinculados a la ciencia de datos o especialistas en big data, son 91% hombres.
La pandemia del COVID-19 también ha tenido un fuerte impacto en las mujeres, perdiendo no solo oportunidades, sino, además, ingreso económico.
Ha llegado el momento de redireccionar el rumbo
Sumar más mujeres a las filas de la tecnología es un problema que necesita una solución a largo plazo. Eso incluye: desarrollar el talento interno de las organizaciones e impulsar a las niñas, adolescentes y jóvenes a descubrir los campos STEM. Como dijo recientemente la directora ejecutiva de Girls Who Code, Tarika Barrett, a The Wall Street Journal: “Nuestro sistema educativo simplemente no está configurado para cerrar la brecha de género en la tecnología”.
Pero la clave no solo está en la introducción de más talento femenino, sino también en la retención. La capacitación constante también garantizará que las mujeres no se queden atrás.
Además, con las nuevas formas de trabajo, hacerlo de manera remota también puede llevar a más mujeres al éxito. La flexibilidad puede desempeñar un papel importante en la apertura de más oportunidades para las mujeres, especialmente para aquellas que intentan equilibrar las responsabilidades profesionales y familiares. Adoptar este nivel de trabajo flexible también puede ayudar a las organizaciones a aprovechar los grupos de talentos que se necesitan mientras se abren nuevos segmentos del mercado laboral a mujeres calificadas y capacitadas.
No existe una única solución para este problema, pero lo que no podemos hacer es quedarnos con los brazos cruzados. El tiempo para la acción es ahora.